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Zeolita y otras arcillas

La zeolita (clinoptilolita) es un mineral natural formado a partir de las cenizas volcánicas que se enfriaron al entrar en contacto con el agua de mar, tiene una gran cantidad de silicio, existen unos 45 tipos de zeolita, siendo la clinoptilolita la de especial interés por sus propiedades; una vez micronizada se puede consumir para aprovechar los beneficios para la salud que ofrece gracias a sus particulares cualidades. La estructura de este mineral es poco común, tiene un efecto magnético con carga negativa que la convierte en el suplemento más potente que se conoce para la desintoxicación de metales pesados, toxinas y químicos.


La zeolita, gracias a su carga negativa y su estructura en forma de “jaula”, actúa como un imán y nos ayuda a expulsar del organismo todo tipo de toxinas, metales o químicos tóxicos como el aluminio, arsénico, cadmio, mercurio, plomo… Muchos problemas de salud son causados por estas toxinas y metales acumulados en nuestro organismo por la continua exposición a la que estamos expuestos mediante la contaminación atmosférica (industrias, tráfico aéreo, vehículos de combustión…), alimentos procesados, pesticidas, cloro y químicos del agua, cosméticos, pinturas, aerosoles, insecticidas, productos de higiene, alcohol, tabaco (elimina la nicotina del cuerpo), medicamentos, vacunas… Toda esta carga tóxica se concentra en los fluidos del cuerpo, como la sangre, la linfa, líquido extracelular… y otra parte se acumula en los órganos y, sobretodo, en el sistema nervioso, como lo hace por ejemplo el mercurio. Todo esto provoca gran cantidad de enfermedades o el cáncer, que pueden tener fácil remedio con la zeolita: esta activa el sistema inmune, limpia la sangre, el sistema linfático y glandular; limpia y activa el sistema celular y es efectiva en la estabilización de los sistemas funcionales del organismo. Además equilibra nuestro ph interno impidiendo el crecimiento de células extrañas al evitar la dispersión de iones ácidos y tiene un demostrado efecto antioxidante e inmunoestimulante; contiene además unos 30 minerales, entre ellos el silicio que controla todos estos minerales y ayuda a la distribución de los minerales útiles.


La zeolita tiene la capacidad de discriminar entre moléculas útiles y tóxicas, se une fácilmente con los metales pesados y tóxicos (generalmente pequeños y eléctricamente muy cargados) y tiene escasa o nula afinidad con las estructuras útiles (más grandes, livianas y con una carga eléctrica débil). Una vez cumplido su objetivo la zeolita, cargada de substancias tóxicas, abandona rápidamente el organismo principalmente a través de las heces y, en menor parte, por la orina o sudor sin dejar rastro alguno en nuestro cuerpo, sus restos son completamente eliminados del organismo en un plazo de 6 a 8 horas, se trata por tanto de un suplemento totalmente natural, seguro y no tóxico, ideal para su uso a largo plazo desintoxicando el organismo de forma fiable a la vez que aporta minerales importantes.


Por todo esto la zeolita se ha demostrado efectiva equilibrando los niveles de ph, desintoxica el cuerpo de metales pesados y toxinas, disminuye en gran medida la cantidad de radicales libres, remineraliza el organismo, reduce el riesgo de padecer cáncer y ayuda en la sanación de esta enfermedad, tiene propiedades antiinflamatorias, optimiza la capacidad del organismo de absorber vitaminas y minerales, libera calcio y magnesio además de otros minerales, se obtiene mayor energía y mejora el estado de ánimo, es capaz de combatir los virus comunes, reduce el reflujo ácido, combate el asma, reduce los síntomas de alergias, ayuda en la eliminación de cándidas, mejora los síntomas de la artritis o migrañas, es un poderoso antioxidante que ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro y regula los niveles de azúcar en sangre al absorber el exceso de glucosa.


Cabe aclarar que la zeolita es un aluminosilicato, pero sus moléculas de aluminio están rodeadas por átomos de oxígeno, por lo que no pueden pasar al organismo (aluminio no intercambiable) y en cambio sí que absorbe moléculas de aluminio tóxico presentes en el cuerpo. Es un compuesto altamente estable, no siendo afectado por el frío o el calor. Es importante, para no alterar o anular sus propiedades, no manipularlo nunca con metal, como por ejemplo una cuchara metálica, utilizar siempre utensilios de plástico, madera o cristal.


Sus únicos efectos secundarios pueden ser una leve deshidratación, a raíz de la mayor demanda de agua en el proceso químico de limpieza, lo cual se neutraliza con una adecuada hidratación mientras se utilice la zeolita. Algunas personas, con alta carga tóxica en el organismo, pueden experimentar ligeras náuseas durante el proceso de limpieza, que suelen remitir rápidamente, por esto siempre recomendamos comenzar a usar la zeolita, como con cualquier tratamiento natural, con dosis muy bajas para ir subiendo poco a poco hasta llegar a la dosis deseada.


Por nuestra experiencia se han demostrado efectivas tomas de 250 ml de agua con una cucharadita colmada de café (de plástico) de zeolita, comenzando por una toma diaria al principio para ir subiendo poco a poco a las dos o tres tomas diarias, durante 40 a 60 días. Personalmente diluyo la zeolita y la tomo directamente, pero he leído que es recomendable mezclarla y dejar reposar una o dos horas antes de tomarla.


Además de la zeolita la naturaleza nos ofrece otros tipos de arcillas altamente beneficiosas para la salud, en este caso os hablaremos de la bentonita (montmorillonita) que es la que hemos utilizado para así poder compartiros nuestra experiencia. Es un mineral arcilloso proveniente de la meteorización de cenizas volcánicas, su nombre proviene de la región francesa de Montmorillon, pero también se puede encontrar en la isla de Milos, en Turquía o Alemania. Normalmente se encuentra con purezas de un 60-80%, la que utilizamos es de procedencia alemana con un contenido de bentonita de un 95%.


La bentonita se diferencia de la zeolita, que también es utilizada para la desintoxicación, por ser un desintoxicante más “suave” que actúa a través de la película de gel de montmorillonita que forma en el tracto intestinal y que produce un efecto protector sobre la mucosa del tracto gastrointestinal, por lo que está especialmente indicada para tratamientos en personas con un canal gastrointestinal sensible, casos de diarreas, recién operados...


La bentonita tiene una gran capacidad de absorción de diferentes substancias como aluminio, plomo, mercurio, cadmio, amonio, histamina, radionucleidos… por sus propiedades como aglutinador de substancias nocivas, la alta capacidad de intercambio iónico se encarga de eliminar estas toxinas y metales nocivos.


La bentonita se diferencia de otras arcillas por su tamaño (0,002 mm), muy inferior al de otras arcillas y con una alta proporción de minerales por lo que es también un gran remedio para problemas de piel, como el acné al eliminar las bacterias causantes además de limpiar los poros y también lo es para el cabello, capaz de vigorizar, limpiar e hidratarlo profundamente. También está indicada para enfermedades gastrointestinales, trastornos hepáticos o alergias donde exista una alta carga de histamina o se presente intolerancia a esta o exceso de trabajo del hígado por la presencia de compuestos de amonio.


Al igual que con la zeolita la regularidad en las tomas de bentonita es muy importante, se han demostrado efectivas tres a cuatro tomas diarias, 30 a 60 minutos antes o después de las comidas y esperando al menos dos horas después de tomar medicamentos o una hora si se utilizan coloides u otras terapias naturales.


La bentonita también se puede ver alterada al entrar en contacto con metales, por lo que se han de utilizar siempre utensilios de plástico, madera o cristal. Para preparar la bentonita se llena un vaso con unos 100 – 150 ml de agua, preferentemente de manantial (no embotellada y menos del grifo) y se van añadiendo cucharaditas de bentonita sin agitar el líquido hasta que absorba toda el agua, irá haciendo una pasta similar al yeso. De esta pasta, que se puede guardar unos días, se irá cogiendo una cucharadita por cada toma, que se diluirá en 250 ml de agua para así tomarla.