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Hay infinidad de plantas beneficiosas para las distintas etapas vitales de vida del ciclo de la mujer. Hoy quisiera centrarme en aquellas que me ayudaron en mi segundo parto.

 

Ya en mi primer embarazo sabía que quería un parto natural, y así fue, pero a pesar de querer tener a mi hija en casa al final decidimos tenerla en el hospital. Todo fue bien, un parto sin ningún tipo de analgesia ni tampoco intervenciones aún así me quedó la espinita de haberlo hecho en casa. Así que con mi segundo hijo, mi pareja y yo decidimos tenerlo en nuestro hogar por distintas razones (una son las absurdas medidas sanitarias que se han adoptado este último año, que han restringido a las embrazadas de muchos derechos y puesto en peligro la salud de la madre y del neonato, con protocolos que no se adaptan a las necesidades de la mujer o tratando a este proceso como si se tratase de una enfermedad) pero en especial, para que nuestra hija mayor pudiera ver nacer a su hermanito. Sin más preámbulos os voy a contar mi experiencia y como algunas plantas fueron muy útiles y de gran ayuda.

 

Para contar mi experiencia me gustaría decir que tuve un embrazo de los más tranquilo, descansaba cuando necesitaba, comía cuando tenia hambre, vamos, lo que toda embrazada debería poder hacer en la medida de lo posible. Mi fecha de parto estaba prevista según los ginecólogos para mediados de setiembre sin embargo, mi bebe tenía otros planes y nació casi a la semana 41. Se hizo esperar pero valió la pena. El día 1 de octubre a las ocho y seis minutos de la mañana tenía entre mis brazos a mi hijo. Pero volvamos un poquito atrás antes de contaros el parto para explicar algunos detalles que considero importantes. Se habla mucho de la preparación al parto, hay infinidad de cursos para esto pero des de mi punto de vista lo más importante no es prepararse para el parto, si no más bien tomar consciencia del poder que tenemos como mujeres para vivir plenamente este proceso que ha de ser una experiencia totalmente increíble y satisfactoria. En mi caso, ambos partos fueron maravillosos y puedo deciros que jamás en ninguna otra circunstancia me he sentido tan poderosa y capaz como cuando he parido. Sobre la importancia de que la mujer sea quien gestione todo lo relacionado con el maravilloso momento de parir, algo que debería ser obvio, recomiendo leer a Consuelo Ruiz Vélez-Frías (matrona que atendió numerosos partos en casa). Toda embrazada debería leer sus libros, a mi me inspiraron y me dieron, si cabe aún, más fuerzas para ser capaz de gestionar y controlar el proceso del parto por mi misma. Dicho esto, me gustaría contaros, ahora sí, mi hermosa experiencia:

 

Se podría decir que mi parto empezó más o menos una semana antes de la fecha en que nació mi hijo. Recuerdo perfectamente ese día, me encontraba pletórica y de verdad creí que ese día nacería mi bebe. Justo para esa mañana tenía visita con el ginecólogo (porqué todo y que lo estábamos disponiendo para el parto en casa con ayuda de la que fue nuestra comadrona, Susana, a quién le agradezco inmensamente todo lo que nos aportó durante el embrazo, en el parto y postparto), iba a las visitas rutinarias para comprobar que todo iba bien y seguir así con nuestro plan de parto. Me levanté con mi ropa interior un poco húmeda y pensé que era líquido amniótico y que estaba a punto de romper aguas, me revisaron y efectivamente era un poco de liquido amniótico, comprobaron que todo estuviera bien y me fui para casa, aún no quería nacer. Al día siguiente tenia revisión con las correas y ya se sentían muchas contracciones, con eso y mi sensación del día anterior le pedí a la comadrona del hospital (una chica muy atenta que había asistido partos en casa antes) si valía la pena mirar si estaba ya dilatada, ya que así lo sentía yo, ya que me costaba más trabajo andar. Aunque no soy partidaria de los tactos vaginales, ya que en realidad no son muy necesarios, me pudó más la curiosidad y le di permiso para que me realizará uno. Debo decir que fue muy delicada y para mi sorpresa, y no tan sorpresa porqué mi cuerpo ya lo sabia, estaba dilatada de unos 4 centímetros más o menos. Así que loca de emoción y con unas ganas tremendas de vivir mi aventura en casa finalmente me quedé con las ganas, pero recuerdo ese día con mucho cariño y emoción. Me centré en mí y en mi barriga. Aquí os hablo del uso que hice del té de la hoja de frambuesa, los principios activos de esta planta ayudan a preparar el cuello uterino y la musculatura de la pelvis, ya que fortalecen y tonifican los músculos del útero a la vez que alivian la tensión y aflojan estos músculos; además ayudan con la dilatación y favorecen las contracciones. Todo esto facilita y acorta el proceso del parto, pero además la infusión de las hojas de frambuesa promueve la regeneración del puerperio, ayuda a que el útero recupere su tamaño normal, disminuya el sangrado y, además, favorece la producción de leche materna. Las hojas de esta planta son ricas en vitamina C, magnesio (mineral muy necesario a partir del segundo trimestre), ácido fólico (previene malformaciones en el bebé), calcio, potasio, flavonoides y taninos (antiinflamatorios y hemostáticos). Es por esto que recomiendo a toda embarazada tomar esta planta, pero siempre después de la semana 38. Una ingesta continuada, sobretodo en el primer trimestre, podría ocasionar un aborto espontáneo.

 

La noche anterior al parto me acosté con contracciones. No conseguí dormir demasiado tiempo seguido ya que cada tanto me daban contracciones y el dolor me despertaba pero sabia que si llegaba la hora necesitaría estar descansada para parir, así que entre olas uterinas iba medio dormitando mientras cantaba las vocales (el canto estimula la zona abdominal y también la garganta. Ambos canal vaginal y garganta están conectados  a nivel celular y energético así, si la garganta está distendida y abierta también lo estará el cuello del útero y ayudamos así a distender el periné -recomiendo buscar información del canto carnático-). Sobre las seis de la mañana las contracciones empezaron a ser cada vez más fuertes así que decidí despertar a mi pareja, me puse en cuclillas en el sofá i me dio un masaje en la parte baja de la espalda, estuvo un buen rato, como iba a más yo me quedé ahí con música relajante sobrellevando las contracciones de buena gana mientras mi pareja encendía el fuego a tierra. Hacia las siete las contracciones ya eran mucho más seguidas y menos llevaderas la verdad... ahí ya sentía que faltaba realmente poco para conocer a mi bebe así que apresuré a mi marido a llamar a Susana, justo antes de que llegara a casa mi hija de ocho años se despertó, como si su hermanito la llamara para no perderse el nacimiento. Poco antes de que llegara la comadrona empecé a sangrar (recuerdo que miré a mi hija por si se asustaba o lo que fuera pero estaba realmente tranquila (entre sueño y emoción). Con mi pareja nos apresuramos a disponer todo como pudimos; delante la chimenea colocó un colchón con un mantel de plástico, una sabana por encima y varios empapadores y entonces llegó Susana justo antes del momento clave. Me tumbé como pudé, intenté ponerme en cuclillas pero me fue imposible soportar las contracciones en esa postura así que me puse tumbada de lado, y a partir de ese momento todo fue muy rápido, sin ni haber roto aguas con antelación mi bebe nació. Resulta que estaba tan encajado que su cabecita hacia de "tapón" así que cuando nació él, todo salió de golpe. Mi pequeño nació con tres empujones, y si bien es cierto que tuve una dilatación larga, que realmente disfruté, y digo larga porque llevaba días dilatada, el expulsivo duró apenas unos minutos. Aunque el momento de parir no fue exacto como lo había imaginado fue incluso mejor, el parto perfecto para mi, todos los presentes hicimos parte del trabajo. Susana con su experiencia, no intervino más que al final porqué antes no fue necesario. Me sorprendió mucho la manera en qué me acompaño en las últimas contracciones previas al expulsivo, era como una chamana cantando las vocales que yo misma estuve cantando durante el embrazo y me resultaron tan familiares y al mismo tiempo me pareció algo ancestral. La verdad es que no sabia que lo iba a hacer y me pareció conmovedor. Mi pareja se perdió poder sacar él mismo a su hijo nada más salir tal como hizo con su hija porqué tenia trabajo en sostener mi pierna (recuerdo que la última contracción del expulsivo fue tan explosiva que me paralicé, era incapaz de abrir mis piernas los suficiente como para dejar paso al bebe debido al dolor, le agradezco que me ayudará, sin él seguro me hubiera costado más… y mi hija con gran expectación relatando todo el parto como ella lo vivía y como ayudó durante, dándome su manita cuando necesité apoyo, y después ayudando en todo a la comadrona o como ella la suele llamar a "la doctora hada". 

 

Después de dar a luz, con mi bebe ya mamando desde el primer instante, faltaba una última cosa: el alumbramiento de la placenta. En este punto mi hija fue realmente participativa. Supongo que la mayoría sabréis que la succión del bebe al pecho ayuda a que se produzcan las contracciones para el desprendimiento de la placenta, pues bien, recuerdo con cariño que tenia en un pecho a mi recién nacido y Susana le pidió a la mayor si se acordaba de mamar para ponerse ella en el otro pecho, así lo hizo y ahí noté una contracción y como rápidamente expulsaba la placenta, fue toda una experiencia que sin duda alguna no hubiéramos podido disfrutar en el hospital.

 

Para terminar, en un entorno cálido y tranquilo, todos se pusieron manos a la obra excepto yo, que disfrutaba plácidamente de la hermosa sensación de enamorarse de un hijo. Susana le pidió a mi pareja que infusionase las plantas que ella misma nos pidió que preparásemos para el día del parto, excepto la cola de caballo recolectamos todas en nuestro huerto. Así que después del parto y en días sucesivos, para ir limpiando la zona pélvica usamos té de caléndula, cola de caballo y tomillo. La caléndula, junto al aloe vera y el aceite de neem, es una de las mejores plantas para solucionar problemas de piel, el aceite o infusión de sus flores tienen potentes efectos, entre otros, antiinflamatorios, antisépticos, antihemorrágicos y cicatrizantes. La cola de caballo también posee múltiples propiedades medicinales, entre las que nos interesaban está su poder antifúngico, antiinflamatorio y cicatrizante. Y el tomillo, añadido a la mezcla  por sus propiedades antisépticas, relajantes y cicatrizantes. Debo decir que fue muy reconfortante. Una vez me limpiaron me dio un par de puntitos, y los días siguientes al parto me iba limpiando con el agua de estas hierbas. La verdad es que me fue muy bien.

 

Hierba luisa para los entuertos

 

Y cuando pensaba que ya había hecho lo más difícil llegaron los entuertos, estos dolores fueron mucho peores que los del parto. Después de tener a mi hija no los sentí así que me pillaron totalmente desprevenida. Los entuertos son las contracciones postparto mediante las que el útero regresa al tamaño que tenia antes del embrazo, decir que la lactancia materna ayuda en el proceso de retraimiento del útero así como también ayuda a disminuir el riesgo de hemorragias intensas. Bien, mi peque como buen bebe alimentado a demanda, se pasaba mucho tiempo al pecho al principio y cada vez que lo hacia me retorcía de dolor porque las contracciones uterinas eran muy intensas. Mi secreto para soportar el dolor: La infusión de hierba luisa, esta planta es un calmante natural y que además contribuye acelerando la recuperación muscular. También fueron de grandísima ayuda los cantos carnáticos que había practicado ya en el embrazo y que estimulan la zona abdominal.

 

La lactancia... maravillosa, ¡casi siempre!

 

La verdad sea dicha: el tema de la lactancia da para hablar largo y tendido, de hecho tal vez algún día escriba un artículo sobre ello pero hoy sólo quería referirme al problema que me tocó a mi en la lactancia de mi hija y igual ahora en la de mi hijo: la mastitis.

 

A modo muy rápido decir que la mastitis evoluciona a partir de una obstrucción de un conducto mamario, esto puede causar dolor, inflamación e infección y en algunos casos ha significado el fin de la lactancia, cuando existe una fácil solución:

Utilicé colocando en la zona las hojas de la col, previamente congeladas y después pasadas por un rodillo, facilitando el beneficiarme de sus componentes que ayudan a reducir el dolor y la  congestión mamaria. Además ponía al bebe a mamar en distintas posturas para ayudar a vaciar todas las zonas del pecho, el no vaciar el pecho correctamente es una de las causas de este problema. Y como controlé la infección e inflamación que causa la mastitis? Pues bien, simplemente tomando plata coloidal. Utilizando este potente antibiótico natural he conseguido solucionar rápidamente todos los síntomas y sobretodo el intenso dolor. En este caso iba tomando unos 10 mililitros de plata coloidal de unos 14-15 ppm cada hora el primer día, luego al desaparecer el dolor ya reduje las tomas a unas 4 o 5 diarias durante un par de días más.

 

Me gustaría contaros un poco que se siente con la mastitis, o al menos como me he sentido yo cuando la he padecido. En mi caso tenia una zona del pecho más enrojecida, caliente, más dura y un malestar general acompañado de fiebre alta (de esas que no puedes con tu cuerpo y aun así tienes que cuidar de tu bebé) así que tomaba la plata coloidal y aplicaba las hojas de col muy a menudo. A mi forma de entender cuando hay febrícula es porqué el cuerpo esta trabajando para eliminar algún tipo de patógeno o infección en el organismo, así que, como tantas otras veces que había utilizado la plata coloidal lo hice en esta ocasión con un gran éxito (decir que la plata coloidal es totalmente segura para embrazadas y mamas lactantes). Al día siguiente de la toma de plata coloidal ya no tenía fiebre y la inflamación del pecho había bajado considerablemente. Los días siguientes, ya sin molestia apenas y sin tomar nada, seguí amamantando a mi hijo con normalidad y sin dolor (debo aclarar que cuando padeces mastitis amamantar resulta bastante doloroso). A día de hoy mi bebe y yo seguimos disfrutando de esta maravillosa experiencia.

 

Para terminar

 

Siento que me dejo por contar muchas cosas increíbles de esta maravillosa aventura, y al mismo tiempo siento que es imposible explicar con palabras una experiencia tan magnífica como lo es el embrazo, el parto, el postparto y la lactancia, así que para terminar me gustaría añadir a modo de pincelada algunas cositas.

 

La importancia del pinzamiento tardío del cordón umbilical

 

Hay muchísima información al respecto en distintas páginas webs dedicadas al embrazo, al parto y la lactancia (me gustaría destacar un par que considero imprescindibles: www.tupartoesnuestro.com y www.albalactanciamaterna.org). En mi parto no lo hicimos hasta bastante tiempo después del alumbramiento de la placenta (diría que mi bebe estuvo conectado a la placenta con su cordón umbilical intacto hasta una hora después del alumbramiento). Cuanto más tiempo pase mejor, si las circunstancias lo permiten, ya que un tercio de la sangre del bebe está aún en la placenta (y por tanto una buena cantidad de hierro y vitaminas para él). Además, seguir conectado más tiempo, le permite adaptarse tranquilamente a la respiración ya que todavía le llega oxígeno por el cordón. Con el nacimiento de mi hijo pudimos disfrutar muchísimo más de la experiencia ya que en casa no había prisas. (Y cuando terminaron, mi hija aprendió revisando la placenta con Susana... ¡una pasada!).

 

Me gustaría dejar claro que para nada estoy en contra de los partos hospitalarios, ni tampoco de cesáreas u otros tratamientos que pueden ser necesarias y salvan vidas, pero de corazón animo a todas las mujeres a confiar en sí mismas. Parir es algo fisiológico y aplicar rutinaria y generalmente algunos tratamientos puede resultar contraproducente, hay que dejar atrás los miedos al parto que llevan años y años inculcándonos. Hay que volver a lo natural, siempre que no hayan riesgos y sea, como lo son la inmensa mayoría, un embarazo sin complicaciones.

 

Ah! me olvidaba! he hablado un poquito de los cantos carnáticos, deciros que a día de hoy (mi bebe ya ha cumplido los ocho meses) si se pone un poquito nervioso o le cuesta coger el sueño si le susurro el canto se calma al momento, será que recordará su vibración en el vientre y en mis días y noches desesperantes retorciéndome entre "entuertos". Lo curioso es que también se los canta su hermanita y también con ella cae rendido, eso si es AMOR!

 

No puedo acabar sin agradecerle a mi hija todo su amor incondicional, ayudándome en todo durante el embrazo, el parto y todavía a día de hoy. A mi pareja por apoyarme siempre, animarme, protegerme y quererme sin condición y a Susana por sus conocimientos, su experiencia y las facilidades que nos proporcionó, por las visitas post parto en casa con tanto amor y por la hermosa forma de despedir mi embrazo una vez pasados los cuarenta días tras el parto;  hicimos un ritual precioso para concluir esta maravillosa etapa vital y para cuidar y proteger el cuerpo después de dar a luz "la cerrada", por si queréis buscar información. Y como no, a mi hijo, por escogerme para ser su madre.